Comienza en Lorca la adecuación y restauración ambiental del sendero del Cejo de los Enamorados y de la Vía Augusta

Los puentes y pasarelas aumentarán sus anchos por medio de estructuras metálicas y se incorporará una zona de estancia de ocio y descanso en el entorno de la Sierra de la Peñarrubia

 

Las plataformas serán de madera de pino tratada y tendrán una baranda de plantillas metálicas verticales de un metro de altura con cables de acero

 

Fulgencio Gil Jódar, alcalde: “Este proyecto es de vital importancia, por tratarse de uno de los senderos más concurridos por los lorquinos por su cercanía con la ciudad”

 

El sendero del Cejo de los Enamorados y la Vía Augusta será sometido a una adecuación y restauración ambiental para mejorar su seguridad. El proyecto ha sido presentado este lunes por el alcalde, Fulgencio Gil Jódar, y la edil de Desarrollo Local, Rosa María Medina Mínguez. La actuación, que se iniciará de inmediato, ha sido calificada por el alcalde como un “proyecto de vital importancia, por tratarse de uno de los senderos más concurridos por los lorquinos por su cercanía con la ciudad”.

Las obras permitirán “mejorar el itinerario peatonal con la adecuación puntual del firme, la reparación de los elementos de seguridad preexistentes y creación de áreas de descanso, en el entorno de la Sierra de la Peñarrubia”, ha explicado el alcalde.

En la actualidad, ha detallado, los puentes y pasarelas “tienen un acceso bastante estrecho y con poca seguridad frente a caídas. Por lo que se han diseñado unos pasos mucho más atractivos a nivel visual por medio de estructuras metálicas que consigan aumentar los anchos del paso, una mejora notable de la seguridad e incluso la incorporación de una zona de estancia de ocio y descanso en el sendero”.

Las actuaciones se acometerán en tres puentes. “Se ampliará su ancho de pasarela a 1,20 metros, siendo la longitud de estos de 12,22 metros, 16 y 10,20 metros. Se construirá una plataforma lineal de ancho continuo, creada con estructura metálica apoyada sobre el paso actual. Se empleará el mismo acero y colocarán postes metálicos para repetir el modelo de barandilla existente anteriormente”, ha explicado.

Y ha añadido que la terminación de la plataforma o acabado del pavimento será de madera tratada de pino, apoyada perpendicularmente a la dirección del sendero sobre los rastreles metálicos de la estructura. “En ambos bordes de los puentes, una vez implantada nuestra plataforma, se aporta un nuevo terrizo dando compactación al suelo del sendero para que los accesos queden a altura con el mismo ancho”.

Igualmente, se colocarán “plantillas metálicas verticales de un metro de altura, soldadas a la estructura de la plataforma, unidas longitudinalmente en su parte superior con otra pletina y cables de acero en la parte inferior de la baranda”, ha significado. Y se actuará en una curva ampliando la zona de paso y la superficie de uso, “ganando espacios para el disfrute del paisaje y descanso de los usuarios”, ha agregado.

La superficie de las plataformas es de 35 metros cuadrados. Se diseñan con perfiles metálicos y suelo de madera, colocando el mismo tipo de barandas de seguridad, de una manera similar a las pasarelas y puentes, siguiendo la misma visión de conjunto y concordancia. El alcalde ha insistido en que “estas estructuras no afectarán ni modificarán la estética de los antiguos puentes, así como de las zonas allegadas de las plataformas”.

El coste de la intervención asciende a 69.683,90 euros y tiene un plazo de ejecución que se estima en unos seis meses. Gil Jódar ha recordado la especial importancia de este sendero. “Se trata de una vía con un recorrido muy cercano a la ciudad, pero también a barrios como el de San José, San Cristóbal, La Viña, por lo que cada día recibe la visita de cientos de lorquinos, pero también de un importante número de turistas que acuden al Castillo y se sienten llamados por las especiales características del entorno en que se encuentran, atravesando una amplia masa forestal repleta de pinos”.

Las obras forman parte de las actuaciones del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia –financiado por la Unión Europea- Next GenerationEU, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Estado español, para la actuación nº 6 (Eje transición verde y sostenible), denominada ‘Adecuación y restauración ambiental del sendero del Cejo de los Enamorados y Vía Augusta, calificada con etiqueta climática 50 (protección de la naturaleza y la biodiversidad, patrimonio y recursos naturales, infraestructuras verdes y azules), del Plan de Sostenibilidad Turística del Gobierno regional, del Instituto de Turismo de la Región de Murcia.

Fuentes, arruís y ruiseñores

Una leyenda cuenta que un caballero musulmán y una dama cristiana sacrificaron sus vidas ante la imposibilidad de vivir juntos su amor. Los dos decidieron lanzarse al vacío desde lo más alto de un risco. Donde perdieron la vida brotó una fuente, la fuente del Cejo de los Enamorados. Cuentan, en las noches de luna llena, se puede oír en ese lugar los cascos y el relinchar de los caballos de los que les perseguían y un grito que desde lo más alto se deja sentir hasta perderse en la noche. Es una de las historias que se relatan sobre el lugar plagado de pinos y carrascas y manzanillas, espartos y alcaparras.

En el denso pinar se deja sentir el ruiseñor y el cuco. Y en el camino no es difícil encontrar perdices que con su prole sorprenden a los visitantes. Desde su mirador, en el horizonte, se visionan las sierras del Gigante, Pericay, Cambrón y Tercia, donde hay especies como el búho real y el halcón peregrino. Los carteles indican dos rutas, la del sendero del Cejo de los Enamorados, pero también la Vía Augusta, en el tramo que va desde Lorca al embalse de Puentes, con paso por la Villa Romana de La Quintilla, un yacimiento que se descubrió de forma casual en 1876. Las excavaciones realizadas desde 1981 sacaron a la luz una villa romana con estancias pavimentadas con mosaicos.

En el lugar anidan varias parejas de buitres y se ven rastros de jabalíes. También se pueden contemplar muflones del Atlas, conejos y tortugas moras. Sus 4,5 kilómetros, con una dificultad baja y un tiempo estimado de una hora y media, es un atractivo para paseantes, senderistas, deportistas y turistas.

 

 

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