Los créditos al consumo
Lo que me temía, detrás de los créditos fáciles, esos que anuncian en la televisión, a la hora donde estamos todavía despeinados (por dentro y por fuera del cráneo), están los grandes. Al menos uno que es de mi especial preferencia: la familia esa , ¿cómo se llama?, sí, hombre, esa que tiene un apellido igual a eso que se llevaban los piratas cuando se instalaban en una plaza. No se si me explico.
Pues ese señor y sus mil bancos a lo largo de lo ancho y largo de este mundo, que decía el Capitán Tan (que ha aportado más a los españoles que este tipo bajito pero muchimillonario). Resulta que los créditos que se le escapaban a él, su niña Ana P. los intentaba campelar, que decimos aquí. Pero si a la niña del exorcista se le iban por la banda, ahí que me han creado un sistema de créditos rápidos, ágiles y muy fáciles de conseguir….. para los más despistados, o para los que ya cuando pasan por los bancos, saltan las alarmas.
Este tipo de créditos son considerados por la prensa especializada, por defensa del consumidor y por analistas económicos como usurarios (por lo que los Reyes Católicos echaron a los judíos, recuerdo). Establecen unos intereses de entre el 20 % y el 25 %.
Claro, eso un respetado banco cántabro no puede hacerlo, pero encubierto como Cofidis o Credi Ágil pues parece que sólo se genera: un buen botín, sin más. Y mucho.
Por ejemplo: te dan 3.000.- y tú , incauto, acabas devolviendo 4.200.-
Normalmente, el que reunifica deudas para engordarlas aún más, no suele ser muy quisquilloso con los tipos ni los plazos, y acepta lo que le pongan por delante. La solución está clara: la ganancia por los que pagan es tanta que los créditos morosos o fallidos se aminoran hasta parecer insignificantes.
Hay algunos bancos que trabajan claramente para los accionistas, lo que suele llevar aparejado trabajar en contra de sus propios clientes. Han conseguido que el estado les autorice a cobrar comisiones por respirar demasiado fuerte dentro de la entidad, o por ponerle aire acondicionado a los clientes; lo que antes era gratis, ahora lo cobran con descaro, pero avalado por la legalidad. El padre Estado los autoriza y los bendice por ello.
Por eso, las ganancias de los bancos antes se hacía pública una vez al año.
Ahora ya se hace al fin de cada trimestre. Manda cullons….
En la última declaración de beneficios , Anita P. hablaba del incremento del beneficio por comisiones. Antes se camuflaba, pero ahora la evidencia , y papá, la respalda. Y el padre Estado también. Padre para los bancos, padrastro para nosotros.
Ese Estado que prefiere que los bancos ganen cada vez más, que cada año sean más descarados sus beneficios y que no acaben de trabajar realmente para los clientes, pero que sí les autorizan gastos descomunales en sus campañas electorales, y sus correspondientes deudas que , más tarde, acaban perdonando. Y así un año, y otro año.
La pescadilla, que decía el otro. Y da lo mismo un gobierno que otro. En eso sí que están de acuerdo.
En firmar la paz con ETA, no, pero en que los bancos ganen y ganen, sí. Eso todos lo respetan, para nuestra desgracia. El jodío padrastro. De esta vorágine desmadrada se escapan, de momento (que el señor las ilumine) algunas cajas de ahorro, que se ven obligadas, además por ley, a orientar sus beneficios a acciones culturales, etc., así como son más tolerantes con las comisiones. Lo que no quita para que traten bien a ciertos partidos políticos y les perdonen lo que a los demás no pasan por alto.
En fin, que no se tenga que ver en la circunstancia de tener que pedir pasta a una de estas empresas usurarias para, qué se yo, tunear el coche o viajar al Caribe o pagar la factura del convite de la boda, porque puede que un sujeto cántabro con dientes transilvanos le esté esperando para hincarle un 25 % .