El diploma verde
No creo que haya sido el único. Seguramente lo han recibido muchas más personas. Pensándolo mejor, creo que lo habremos recibido en nuestro buzón todos los cabezas de familia, al menos lo que constamos como clientes de la empresa Iberdrola. O sea, prácticamente todos en nuestra ciudad. Porque eso del cambio de empresa suministradora no parece muy accesible, como anunciaron hace un par de años.
Se trata, para no liarme, de ese bonito diploma en el que Iberdrola certifica que (con nuestro nombre en negrita y tamaño Arial 48) hemos colaborado de forma indudable al mantenimiento del delicado equilibrio ecológico de nuestra ciudad, incluso de la región, y hasta de España; y de rebote al de la Tierra, y , por qué no, al del Universo universal.
Se asocia, en semejante panfleto, nuestro nombre a la Energía verde Iberdrola (no dejando de aprovechar el concepto positivo unido al del nombre de la empresa que paga el diploma, para que quede en el subconsciente para toda la vida de dios). Una ágil y poco escrupulosa campaña publicitaria que, según datos contrastados de otra empresa, Greenpeace, no parece que se ajusten a la realidad, al menos en todos sus extremos.
En una información al público en general, pero con menos alcance que la de la empresa eléctrica, se hizo un estudio de todos los compromisos incumplidos que la eléctrica ha alcanzado, desde que inició la campaña de la energía verde, a fin de intentar la espantada de clientes cuando el tema aquel de la liberalización del contrato.
Pues bien, transcribo, Greenpeace hablaba en principio, de “Ibertrola” y revisaba su anuncio en prensa del siguiente modo: “ Cada vez que enciendas la luz, que enciendas la televisión o que te duches, entrarán en funcionamiento nuestras centrales nucleares y térmicas. Pero no te preocupes, Ibertrola, compañía líder en energía nuclear, intentará hacerte creer que la energía sucia es energía verde y que cuanto más consumas, más verde será el planeta. Contacta con nosotros y te engañaremos “ , “Ibertrola, te engañamos con energía “ .
La mayoría sabe que las emisiones de las centrales térmicas son las que mayor cantidad de CO2 emiten y, por tanto, las que más afectan a la capa de ozono. Nuestras emisiones aumentan, pero como tenemos pasta, le compramos los derechos de emisión a los países más pobres que no emiten, más que nada porque no tienen infraestructuras ni industria, y sus ciudadanos se acuestan cuando se va el sol………y a criar….. O sea, el proceso perfecto. Y que las cosas no cambien. Que nos va muy bien.
Actualmente, Ibertrola está obligada a comprar, y pagar muy bien, la energía solar que produzcan los particulares. Y ojalá dure, que les va muy bien. Mientras ellos no se pongan a generarla, les va a costar, perdón, nos va a costar, muy cara esa energía producida por unos cuantos miles de aficionados. Y ojalá dure.
O sea, vd. amable lector, pone en su terraza 100 metros cuadrados de placas solares, la comunidad autónoma se la financia, vd. le vende la energía a Ibertrola y, en unos 6-7 años, empieza a ganar una pasta, que le hemos pagado el resto de los clientes.
Así que querido lector, no se crea todo lo que dice el diploma de un caro y grueso papel y utilícelo para…….. No, mejor para eso que está pensando no, que es muy duro.
Y si decide creer en los méritos que tienen vd. y la compañía eléctrica, entonces enmárquelo y póngalo, como el señor Roca, en el baño.
Pero no estaría de más que se infórmese realmente de dónde saca la energía y si es tan verde como dicen.