Un futuro prometedor
No cabe duda que el futuro de Águilas pasa por el turismo y el desarrollo urbanístico; dejando a un margen si éste es sostenible o no, porque al fin y al cabo se trata de un término reconvertido a jerga popular y muy usado por los políticos para engatusar a las masas, viniendo al pelo la conocida frase de Rafael Navas, “decir una mentira y respaldarla con una verdad, eso es el arte de la política”.
Pero veamos los datos que lo atestiguan: gran interés por parte de inversores, más de 30 planes parciales aprobados y otros tantos convenios urbanísticos, una docena de campos de golf en proyecto y, claro está, el producto estrella, Marina de Cope, que tiene todos los visos de convertir a Águilas en un referente turístico a nivel europeo. En fin, un futuro prometedor, aunque como siempre se echan en falta “complementos” tales como una delegación de la Escuela de Idiomas, un módulo de Hostelería o un programa de cursos enfocados al sector de la construcción…pero tampoco pidamos mucho, sobre todo si organismos como la Cámara de Comercio, el Consorcio Águilas Villa Náutica o Hosteáguilas, no pasan de ser una mera anécdota en el panorama social-económico de Águilas…
Por otra parte, la contrapartida es un sector pesquero insostenible, donde los patrones deshojan la margarita a razón de 6000 euros por tonelada de barco desguazado. Con respecto a la agricultura, la crisis ya es asfixiante; aunque aún hay quien parece ocultarla y ve algún que otro oasis, fruto de su desesperación.