La fina línea de la discordia

En poco más de un mes, asistiremos a las que probablemente serán las elecciones más importantes de nuestro país desde que vivimos en democracia. Los catalanes tendrán la oportunidad de expresar su voluntad en las urnas, y esta vez es de verdad, no como el simulacro vivido el pasado 1 de octubre.

De que esa mayoría silenciosa y silenciada se decida a participar en estas históricas votaciones, dependerá para qué lado se tense esa fina línea que separa esas posturas encontradas que está haciendo estragos entre amigos, compañeros de trabajo, e incluso familias, en ese trocito de España que es y será siempre Cataluña.

Ojalá, que en la antesala de la Navidad, esas fechas en las que todos manifestamos siempre nuestros buenos deseos, lo que salga de las urnas catalanas, sirva para recomponer una sociedad rota en mil pedazos, porque lo necesita no solo Cataluña, sino toda España.

El país no puede estar permanentemente paralizado, y problemas tan importantes como el paro, la inmigración, la corrupción, el terrorismo, la educación, la sanidad, etc… necesitan con urgencia que se les dedique la atención que no han tenido en estos últimos meses.

Quienes vivimos en la distancia, siempre hemos creído, o hemos querido creer, que la mayoría de los catalanes no son independistas. Es el momento de demostrarlo, porque todos nos necesitamos.

Ojalá de ese 21 de octubre que todos esperamos con ansiedad, pero también con esperanza, salgan las bases para una Cataluña fuerte y unida.

La diversidad y la pluralidad de los diferentes pueblos de España debe ser lo que nos enriquezca, porque es más lo que nos une que lo que nos separa.

Esta web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies