«No me imaginaba que me iban a destinar a Puerto Lumbreras, pero mucha gente se ha acercado a saludarme y mostrar su buena acogida y eso hace que todo sea más fácil para mí»

Entrevistamos a Jose Carlos González López, párroco de Puerto Lumbreras

Entrevista realizada por Ginés Jesús Gómez M.

Háblenos de usted y su trayectoria hasta llegar a Puerto Lumbreras.
Empecé a ejercer el sacerdocio de coadjutor en Mazarrón, pueblo grande y parroquia grande y desde donde también se atendían parroquias rurales de alrededor, y capillas por la zona de playa, que en la época de verano y vacaciones multiplicaban la feligresía. Esta fue una experiencia muy enriquecedora. Y hasta ahora estaba atendiendo dos parroquias, la Parroquia de San José de Roldán, una pedanía de Torre Pacheco, y la Parroquia de Ntra. Sra. de las Maravillas de Los Martínez del Puerto, pedanía de Murcia. Han sido seis años de mi vida que he compartido con los feligreses de estas dos parroquias muy buenos. En pueblos más bien pequeños la cercanía con la gente es más fácil, y con los años al final vas conociendo el pueblo y sus gentes, sus cosas, sus costumbres, sus tradiciones… y bueno he intentado estar cercano a la gente, aunque también es cierto que nunca lo puedes conseguir del todo. Pero siempre tratando de llevar a Jesucristo donde la Iglesia me ha enviado.

¿Cómo vive este cambio a la Parroquia de Ntra. Sra. del Rosario de Puerto Lumbreras?
Pues los cambios siempre nos inquietan un poco, cuando tienes cierta estabilidad en un lugar, conoces y te conocen, y cambias a otro nuevo y completamente distinto, es necesario un tiempo de adaptación. Tengo que decir que por ahora todo está yendo bien, ha sido mucha la gente que se acercan a saludar y mostrar su acogida. Y bueno dentro de la novedad pues poco a poco para ir conociéndonos; yo ir conociendo al pueblo, y el pueblo que me vaya conociendo a mí.

¿Cómo se enteró de su nombramiento como párroco de puerto Lumbreras? ¿Cómo vivió ese momento?
Pues como siempre es el señor Obispo el que nos llama y así nos lo comunica. Y lo viví con mucha sorpresa, jamás me hubiera imaginado que me iba a destinar a Puerto Lumbreras. Pero bueno aquí estoy.

La pandemia vació los templos, pero poco a poco vuelven a llenarse. ¿Qué opina de la actualidad en las iglesias y parroquias?
Es cierto que la pandemia nos trastornó mucho, lo primero las vidas que se llevó y lo que nos ha marcado. Pero no perdemos la esperanza de que poco a poco todo vaya retomando, aunque sea, una nueva normalidad. En las parroquias, como en todos sitios, también hemos procurado adaptarnos a las medidas sanitarias que se nos han ido diciendo, por el bien de todos. Y personalmente pienso que toda esta situación que hemos vivido, y que aún estamos viviendo, nos debe servir para algo, y desde mi posición creo que entre otras cosas, para acercarnos más a Dios, para buscar una esperanza más allá de nuestras propias fuerzas, y para ver que la vida no la dominamos nosotros, pero a la vez descubrir que Dios siempre está ahí.

¿Que tal ha sido la acogida, tanto por parte del Ayuntamiento como de los vecinos de Puerto Lumbreras?
Pues como ya he dicho antes, desde el primer día muy buena acogida por parte de todos. La señora alcaldesa Dª María Ángeles Túnez quiso recibirme personalmente en el ayuntamiento recién llegado, muy cordialmente y bueno desde el principio por el tema de las fiestas patronales, y pues un poco el poder trabajar juntos por un pueblo, aunque cada uno desde un sitio distinto, pero con un interés común: el bien de una misma gente. Y por parte de los vecinos del pueblo han sido tantos los que se han acercado a saludarme y mostrar su acogida que lo que yo siento es que no puedo recordar ni los nombres ni las caras, pero poco a poco espero conocer más personalmente.

La solidaridad y estar al lado de quienes más lo necesitan es siempre uno de los puntos más importantes de la labor de la Iglesia. ¿Cuál va a ser su tarea, su implicación en la sociedad lumbrerense y sus objetivos en este sentido?
Pues ahora mismo no sé cómo contestar a esta pregunta. Tan recién llegado no conozco bien las necesidades del pueblo lumbrerense, ni hasta donde la parroquia podría llegar. Parte de mi tarea es ese estar cercano a quien me pueda necesitar. Por lo pronto voy a ir conociendo la realidad que hay.

El párroco saliente, Eugenio Azorín, se ganó el cariño de la gente a pesar de estar tan solo un año en la localidad. ¿Qué opinión le merece?
Pues una opinión muy buena por ambas partes, un pueblo acogedor que quiere a los sacerdotes y un sacerdote que es muy abierto y cercano al pueblo, a la gente.

¿Cuál es el gran objetivo de su misión como párroco de la Iglesia Ntra. Sra. del Rosario?
Creo que no vengo a hacer nada nuevo, simplemente a continuar una tarea evangelizadora que desde hace siglos, todos mis antecesores han ido realizando en esta Parroquia, cada uno con su forma de ser y sus limitaciones, y de igual modo yo. Y creo que la gran misión de todo sacerdote no es otra que acercar a los hombres a Dios y traer cada día, en la celebración de la Santa Misa y los demás Sacramentos, a Dios en medio de su pueblo. Así que intentar hacer presente a Jesucristo entre vosotros, los lumbrerenses.

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