El pintor pulpileño, Pedro Antonio Martínez, contará con una sala en el nuevo Espacio Escénico
Hoy es el 135 aniversario del nacimiento del pintor pulpileño Pedro Antonio Martínez, y desde el Ayuntamiento de Pulpí, y en conmemoración a este importante e influyente artista local, quierenanunciar que el próximo sábado, 4 de diciembre a las 18:30h, se va a inaugurar en el Espacio Escénico de Pulpí, una sala permanente que lleva su nombre y que recogerá las obras de Pedro Antonio que el Ayuntamiento de Pulpí ha ido adquiriendo, la “Sala del Pintor Pedro Antonio Martínez”, a la que estáis todos invitados.
▪️Pedro Antonio Martinez
Pedro Antonio Martínez Expósito, más conocido como el “pintor Pedro Antonio” nació en Pulpí, en la barriada del Convoy, el 29 de noviembre de 1886.
Hijo de una familia humilde, su padre Antonio Martínez Quesada era trabajador jornalero, su madre María Expósito, natural de Cuevas del Almanzora. Pedro Antonio quedó huérfano de madre a los 7 años, se dedicaba a las tareas del campo y al reparto de agua que realizaba con su padre. La pintura era su vocación, pero no pudo desarrollarla plenamente hasta que en 1909, su paisano Emilio Zurano Muñoz conociera sus cualidades artísticas y decide apadrinarlo, llevándoselo consigo a Madrid.
D. Emilio Zurano, supo alentar y ayudar al incipiente artista, se ocupó de su formación y le buscó maestros en la pintura. Comenzó su aprendizaje con Eduardo Chicharro hasta 1912, y continuó esta labor bajo la dirección de José María López Mezquita, que marcará su orientación hacia la pintura de casta española. En su etapa de enseñanza, conocerá a su inseparable amigo el pintor granadino Francisco Soria Aedo, con el que compartirá estudio. Los dos serán fieles al estilo de su maestro e irán juntos a la mayoría de exposiciones.
Pasada la época de aprendizaje, comenzó a cosechar éxitos profesionales, obteniendo su primera medalla de plata en 1916, con la obra “Cabeza de niña”, en el certamen de pintura de la internacional Exposición de Panamá.
Pedro Antonio se presentará a la mayoría de certámenes de pintura, con variedad de retratos y obra costumbrista; como son las exposiciones Nacionales de Bellas Artes en Madrid, ― donde recibe en 1924, la medalla de plata con la obra “Dos artistas”―, Salones de Otoño, ― donde es nombrado socio de honor―, Bienales de Venecia y exposiciones en Amsterdam, Bruselas, Pittsburgh, Buenos Aires, México, Nueva York, Miami,…
A principios de los años treinta, inicia un periodo de viajes y exposiciones por América: Cuba, Estados Unidos y América del sur, a veces en compañía de Soria Aedo y en 1935 deja España por última vez para exponer en Buenos Aires. Después seguirá su periplo por otras ciudades de Argentina y Brasil.
Al comienzo de la Guerra Civil en España, aún se encuentra en América y fija su residencia en San Pablo, donde sigue su vida profesional, participando y obteniendo premios en los Salones Paulistas, realizando exposiciones en Rio de Janeiro… nunca más volverá a España.
En sus últimos años, ayuda y pinta en la parroquia de los Agustinos de San Pablo, y es acogido por la familia de la también pintora Lucília Fraga, con la que convive hasta que muere el 2 de junio de 1977, con casi 91 años.