Hay cosas que nadie entiende

Hay cosas que nadie entiende. O al menos, personas como yo, una chica corriente que vive en el seno de una familia como otra cualquiera. Como mi madre trabaja fuera de casa y mi abuela está enferma, cuida de ella una señora colombiana, cuyos datos personales me permito reservar.

Pues bien, esta señora me invitó el lunes a asistir a una fiesta, que según me dijo, se celebraba para todos los inmigrantes que residen y trabajan en Águilas. Mi sorpresa fue al comprobar que esta fiesta la estaban haciendo en una especie de carpa, parecida a la de los circos, y donde el frio nos impidió siquiera ver una pequeña parte del espectáculo.

No entiendo, insisto, como las autoridades aguileñas permiten tal discriminación a la hora precisamente de organizar algo supuestamente para todo lo contrario.

Si existe un local como es la Casa de Cultura, acondicionado para este tipo de celebraciones, ¿porqué no se ha utilizado en esta ocasión? ¿acaso los extranjeros no tienen derecho a utilizarla, ni siquiera en una fiesta cuyo objetivo es la integración? No lo entiendo.

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