El Holocausto
Como todo el mundo sabe, la pasada semana se ha tratado ampliamente sobre las diferentes teorías referentes a la historia del holocausto. La enorme presión semita, por cierto, ha conseguido que se escriba, ceremonialmente, con mayúsculas: Holocausto. En principio era un nombre común. Y lo sigue siendo para el resto de los seres humanos y de los diccionarios. Pero al tratarse de lo que los alemanes nazis hicieron con los judíos, entonces pasa a ser un asunto “mayúsculo”: el Holocausto se entiende como el holocausto judío.
Esta apreciación también se salta a la torera que la persecución nazi también abarcó otras sensibilidades raciales y sociales: gitanos, homosexuales, etc., que no merecen ser víctimas de holocausto alguno, parece ser. Según otros historiadores los judíos sólo constituyeron el 29 % de las víctimas de los nazis. Ojo al dato……..
Cualquiera que revise la etimología , el origen de la palabra común: holocausto, verá que no es aplicable exclusivamente al tema en cuestión. Viene ya de mil años antes.
La otra cuestión es dónde se centralizó el debate de la existencia o no del Holocausto judío; nada menos que en Irán, donde se hizo una revisión desde diferentes puntos de vista de la cuestión. Probablemente, la intención última de los dirigentes iraníes era mostrar lo injustificado de la invasión judía de Palestina basada en la tremenda desgracia acontecida por los componentes de una creencia religiosa concreta en la Alemania de Hitler. El planteamiento no parece disparatado, una vez se sabe la intención iraní (y de la mayor parte del mundo árabe) de neutralizar o acabar con esa usurpación ilegal que se mantiene, inopinadamente, hoy día.
El caso es que 67 sabios e investigadores de 30 países han conseguido materializar una teoría que corre soto voce desde hace más de 50 años: que el holocausto judío no ha existido nunca; que se trata de una gigantesca campaña propagandística esgrimida cada pocos años para justificar los disparates que Israel ha cometido desde 1947.
No somos nosotros los indicados para dictaminar la verdad o no de este problema.
El caso, además, es que en Europa hay varios países que prohíben por ley dudar del holocausto con mayúsculas. Y hay un montón de personas en prisión por ello. Los grandes ladrones y algunos genocidas están en la calle, pero el que dude públicamente de aquella matanza, puede acabar entre rejas. O sea, se pena la libertad de opinión.
A veces sí parece que hay una mano negra detrás de algunos gobiernos (y una gran nariz medio metro por encima de esa mano). Curiosamente una chica somalí llegaba a la prensa internacional unos días después para dejar claro que en los países musulmanes, el día a día de la información histórica no menciona nunca el genocidio nazi: unas veces se obvia y otras se afronta manteniendo sistemáticamente que es una evidente patraña. Esa información va acompañada de grandes dádivas, construcción de bibliotecas y escuelas, hospitales y centros comerciales, que los países musulmanes multimillonarios regalan a los más pobres. Los mensajes de Arabia Saudí, Kuwait, etc. han sido siempre, parece ser, desmintiendo esta historia que en Europa es auto de fe. Por ley, por huevos.
Ese ha sido el día a día en la educación de más de mil millones de árabes del mundo, que por cierto tenemos muy cerca.
La cuestión que se me ocurre como moraleja es que no es la realidad la que se impone, sino las ideas preconcebidas, la interpretación de los que escriben la historia lo hace sobre las evidencias, la ideología que se expande es capaz de superar la realidad.
¿ O no fue realidad el holocausto ?. Ya no sabe uno qué creer……..