Una Navidad sin ‘blanca’ por la subida de precios de los alimentos

Las familias se aprietan el cinturon ante la incipiente campaña navideña

Pescado y marisco aumentarán su precio notablemente

La subida del precio de los alimentos está haciendo mella en el bolsillo de los ciudadanos. En 2007, los alimentos se han encarecido espectacularmente, sobre todo los más básicos como la leche, el pan, el pollo y los huevos.

Hasta noviembre se había producido un ascenso del 6,3% de media, y aún falta por determinar qué ocurrirá en plena campaña navideña, en la que el precio de los productos se disparará aún más. Por lo pronto, desde Consumo se recomienda a los ciudadanos que realicen sus compras con varias semanas de antelación. Es fundamental planificar el gasto y realizar las compras con suficiente días para evitar el incremento de los precios en vísperas de las fiestas. A estos consejos se unen las recomendaciones tradicionales de comparar precios, comprobar el etiquetado y las fechas de caducidad, así como solicitar el ticket de compra.

Mientras los expertos tratan de determinar a qué se debe este fuerte aumento de precios –si a la inflación, las malas cosechas de cereales o las elevadas tarifas de carburantes–, las familias, sin saber por dónde sopla el viento, tienen que ajustarse el cinturón y capear el temporal como medianamente pueden.

Por su parte, el Gobierno nacional, para esquivar las subidas, recomienda para estas navidades el consumo de conejo, “una carne sana, ligera, muy apetecible y barata”, según ha afirmado recientemente el secretario general de Agricultura y Alimentación, Josep Puxeu.

Un comentario que, desacertado o no, se ha convertido en el protagonista de las conversaciones de corrillo. Aún así la opinión generalizada apunta a que la clave no radica en cambiar el cordero por conejo o por otro tipo de carne, sino, en adoptar medidas que controlen la inflación y que hagan frente a esta subida de precios que cada nueva temporada le supone un mayor esfuerzo a las familias,y que adelanta un mes antes la temida cuesta de enero.

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¿Cómo valora la actual situación ante la subida de precios de los alimentos?
Como ciudadana considero que es difícil de soportar. En general se ha producido una gran subida de precios, pero que coincida con productos tan básicos en la alimentación, como el pan o la leche, es demasiado. Como política, también considero que la situación es bastante insostenible. Los sueldos permanecen igual y ante estas situaciones es difícil adaptarse.

¿Y qué opinión le merece que, además, los precios se disparen en vísperas a la Navidad?
Que se disparen de cara a Navidad es más lógico, pero que ocurra a lo largo del año es más complicado. Por ello, antes de realizar las compras es necesario pararse a pensar qué productos son los más básicos y qué necesitamos realmente.

¿Qué consejos le daría a los ciudadanos?
Evidentemente, no podemos cambiar esta situación y es verdad que el usuario está cada vez más ‘ahogado’ económicamente. No obstante, a la hora de comprar los productos alimenticios tenemos que adoptar otras alternativas, como comprar semanas previas a las fiestas. Pero, sobre todo, hay que tener en cuenta, que sean productos de calidad, que tengamos una buena nutrición.

¿Qué le parece el consejo del Gobierno nacional de que comamos conejo en lugar de otro tipo de carne?
Yo considero que cada uno tiene que adaptarse a la medida de sus posibilidades. Pero no tiene sentido que nos diga qué carne debemos comer. En estas fechas, en las que las familias se reúnen en torno a la mesa para celebrar la Navidad, lo normal es que cada uno coma la carne que le apetezca. Por eso, es lógico que el ciudadano ante ese consejo no reaccione bien.

¿Cómo afecta esto a la economía local?
La subida es igual para todo el mundo. Y también ha afectado muchísimo la subida del petróleo. Desde el Ayuntamiento, al igual que si se tratase de una casa particular, tratamos de contener el gasto, de recortarnos al máximo, siempre y cuando esto no afecte a los servicios básicos. En este sentido, es fundamental que cada uno pongamos nuestro grano de arena.

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¿Qué supone para las familias la subida de los precios de los alimentos?
Si hasta ahora ha sido difícil llegar a fin de mes, con todos los gastos y el pago de la difícil soportable hipoteca, la subida de los precios de alimentos complica aún más la economía de las familias. En mi opinión, me parece excesivo este aumento. Se tendrían que controlar los precios, que fuesen más asequibles, sobre todo aquellos que son imprescindibles en el día a día. A este problema, habría que sumar la escasez de incremento de los salarios, que están estancados.

¿Qué recomendaciones habría que transmitir a la ciudadanía ante esta situación?
En Navidad, los precios se incrementan aún más, de una forma tremenda. Entonces un consejo sería adelantar las compras, no dejarlas para los últimos días, o incluso, comprar productos congelados.

¿Qué piensa de la recomendación de tomar conejo en Navidad?
Me parece un comentario ridículo, además de desafortunado. Por supuesto que me parece una carne tan digna como otra, y a quien le guste que la coma, lógicamente, pero que un gobierno recomiende a los ciudadanos lo que tienen que comprar es excesivo. La población sabe perfectamente lo que necesita y cómo amoldarse a las circunstancias, pero que no vengan a decirnos lo que tenemos que comer.

¿Cómo cree que afectará esta subida a la economía local?
Pues muy negativamente. En el último año todos los productos hna subido, lo que más la hipoteca, que ha aumentado una barbaridad. Ante esto, tendremos que reducir gastos, pero también es necesario que se tomen medidas que frenen este incremento de los precios.

Ante esta situación ¿cómo encaran las familias el futuro?
Tenemos que aceptar esta situación porque no hay otro remedio, pero tampoco hay que resignarse ni tirar la toalla sin más.