Entre todos la mataron y ella se murió
Me refiero a la LOGSE, la Ley de Educación que ha “educado” a los españoles a lo largo de más de tres lustros. Y al comprobar la decadencia de la llamada “cultura general” y la proliferación de los llamados “analfabetos funcionales”, sólo me resta entonar una “mea culpa”.
En esa “mea culpa” individualizada incluyo a los docentes que no hemos sabido aplicar con rigor y de modo estricto los Objetivos Generales de cada Área, a cada Ciclo y a cada Etapa. Ese objetivo dice que el alumno ha de ser capaz de extraer las ideas básicas y esenciales de un texto escrito o de un mensaje oral y además saber transmitirlo de forma escrita y de forma oral con fluidez y corrección. Lógicamente, éste es un objetivo instrumental universal, imprescindible para lograr la Comprensión y Expresión Oral y la Comprensión y la Expresión Escrita, elementos básicos para cualquier Área. desde una Lengua Extranjera hasta los propios contenidos de Educación Física, Tecnología, Matemáticas, Biología, Física, Química, Música, etc., sin olvidar áreas tan magistrales como la Historia, la Lengua y la Literatura, etc…
Efectivamente, si existen una Comprensión y una Expresión tanto oral como escrita, estamos ante un alumno bien formado, que sabe transmitir lo que ha aprendido porque lo sabe. Y si sabe que lo sabe, también su profesor comprobará que ese alumno sabe lo que sabe y sabe lo que debe saber.
Pero ¿quién pone el listón a esas ideas que debe extraer de un texto? Supongo que el profesor. Pues ese listón deberá ir subiendo cada año, cada curso, cada nivel. Por ello, el nivel de fluidez y corrección lo ponemos los docentes con la Programación en la mano. Pero esa fluidez y esa corrección se han relajado y rebajado tanto que a veces da la sensación de estar viviendo la agonía o la desidia de un Sistema que no supo jerarquizar ni los valores ni los contenidos. Y ahora andamos perdidos en un mar de dudas, agravado con los problemas de disciplina y relajación exacerbada sin una brújula que nos oriente con contundencia, clarividencia, firmeza y convicción.
Así pués, esperamos que la LOE resucite el cadáver Logse, pues creo que entre todos la matamos y ella sola se murió. Pero busquemos también la culpabilidad en la omisión, en la praxis cotidiana, pues la teoría la sabemos todos como ocurre en muchas legislaciones, las cuales sólo existen en el papel, pero son papel mojado en tantos casos… ¡Ojalá no ocurra lo mismo con la LOE! Pero hay dudas porque sólo la apoyan las mitad de los españoles. Luego el conflicto está servido. Mientras, los precios de todos los bienes de consumo siguen subiendo considerablemente, los políticos siguen con Estatutos, Competencias, etc… Esa subida es la más pura esencia de lo contrario a una protección social del socialismo obrero español. ¡Pobre obrero español! ¡Ojo, que los obreros somos masa! Y las revoluciones siempre las han hecho las masas soliviantadas.